Un topos (del griego τόπος, "lugar", de tópos koinós, "lugar común"; plural, topoi, y en latín locus, de locus communis) se refiere, en el contexto de la retórica griega clásica, a un método normalizado de construir o tratar un tema o argumento para que el orador pueda ganar el apoyo de su audiencia. El topos ha designado gradualmente, por extensión, todos los temas, situaciones, circunstancias o fuentes recurrentes de la literatura.[1]
Un topos convertido en algo banal y repetitivo, llega a ser un "lugar común", también llamado cliché literario o estereotipo. El topos literario designa un motivo particular que se encuentra en diversas obras.
Al término técnico topos literario se le suele traducir indistintamente como "tópico", "línea argumental" o "lugar común" y se ha ampliado este concepto al estudio de los topoi como "lugares comunes" de reelaboraciones de materiales tradicionales, particularmente descripciones de parámetros normalizados. Por ejemplo, de la observación común en el mundo clásico antiguo sobre "todos deben morir" como un topos en la oratoria de consuelo, es decir, cuando alguien se enfrenta a su propia muerte, a menudo se para a reflexionar que los hombres más grandes del pasado también murieron.[2] Un tipo ligeramente diferente de topos puede ser la invocación de la naturaleza (cielo, mar, animales, etc.) para diversos fines retóricos, como el testimonio de un juramento, el regocijo o la alabanza a Dios o la participación en el duelo del orador.[3]